Javier Martínez
El sector automovilístico no levanta cabeza. Desde el 'fallecimiento' del plan 2000E, el sector pide a gritos la ayuda estatal que tanto necesita. En concreto, durante el pasado mes de octubre se matricularon 61,366 automóviles nuevos, lo que supone un 37,6 por ciento menos que en el mismo periodo del ejercicio precedente.
El sector suma así su cuarto mes de caída en picado consecutiva, lo que añadido a las jugosas y enormes ventas que se consiguieron en los primeros meses del presente año, hace que las pérdidas sean aún más dolorosas. Y más si tenemos en cuenta las reclamaciones y protestas ejercidas desde todos los sectores del automóvil, desde donde se advierte que, si la situación no cambia, se destruirán muchos más empleos.
Lo que está claro es que la desaparición del plan 2000E ha supuesto una grave pérdida no solamente para los responsables de los concesionarios, sino también para el estado, que ingresó una gran cantidad de dinero procedente de las fuertes ventas de turismos aprovechando el tirón de las subvención estatal.
El Ford Focus fue uno de los coches más vendidos con el antiguo plan 2000E
En el otro lado, muchos jóvenes utilizaron algunos de sus ahorros para invertir en estos coches o pidieron 'préstamos' a sus padres para poder adquirir un buen coche sin necesidad de gastarse un dineral. “Cuando me enteré que iba a desaparecer el plan 2000E lo primero que hice fue intentar convencer a mi padre para que me dejara algo de dinero. Al final, gracias a la ayuda de mis padres y de la subvención conseguí un Focus por 5,000 euros menos de lo que valía en realidad”. Y así, muchos jóvenes que, como Víctor, aprovecharon para conseguir su primer coche.Pero la situación ha cambiado mucho. Basta con darse una vuelta por los concesionarios para darse cuenta de cómo ha afectado la ausencia de estas ayudas. "Cuando alguien se acerca a preguntar por un coche, lo primero que me preguntan es si habrá algún tipo de ayuda o cuándo la habrá. Sin ellas, nos es muy difícil vender algo, y más estando las cosas como están".
De esta manera, con los precios de las gasolinas por las nubes y la desaparición de estas ayudas, no solamente es difícil adquirir un coche sino también subirse a él. Mientras tanto, vendedores y comerciantes tiemblan ante un 2011 que preven que sea “más negro” de lo que ha sido este 2010 que aún no ha acabado.
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