IRLANDA HACE TAMBALEAR EUROPA

Javier Martínez
Irlanda no ha podido resistirse: será intervenido finalmente por la UE. El país británico, que ostentaba un desorbitado déficit público, será potestad de la Unión Europea y del FMI en todos los ámbitos relacionados con economía. Según anunció ayer el ministro de Finanzas irlandés, la ayuda de su país no llegará a los 100.000 millones de euros, aunque sí es cierto, que la ayuda no saldrá solamente de los bolsillos de los socios de la Unión y del Fondo Monetario Internacional; Reino Unido también intervendrá aportando unos 11.000 millones de euros al rescate irlandés. 

Irlanda deberá reducir su déficit mediante la puesta en marcha de una serie de medidas como una subida del IVA, un nuevo impuesto sobre el agua, recorte de sueldos a los funcionarios o una bajada en el salario mínimo. Lo más curioso es que Dublín se ha resistido a subir el impuesto de sociedades, que fue el símbolo de la atracción para inversores extrajeras en los años de bonanza económica.

Pero hay que mirar más allá de lo que pueda signficar que el país británico haya tenido que aceptar finalmente este 'salvavidas'. En el horizonte, Portugal asiste atento a todo el río de acontecimientos que ha propiciado que un segundo país de la eurozona tenga que ser rescatado. 

 

Los lusos, que hasta hace una semana decían que incluso cabría la posibilidad de abandonar la moneda única, podrían llegar a ostentar una deuda pública del 7,3 por ciento de su PIB para este año, no muy lejana de la española, que debe llegar al límite del 6 por ciento este año después de todas las medidas tomadas por el gobierno de Zapatero. 

 

De esta manera, la Europa unida económicamente ha vuelto a tambalearse. Por los pasillos de Bruselas, en las redacciones de los periódicos y en las cafeterías de todas las universidades se preguntan quién será el siguiente, si es que lo hay. 

 

En este sentido, lo que están recibiendo todos los golpes son los gobiernos que han puesto y deberán seguir poniendo en marcha esfuerzos y 'tijeretazos' a sabiendas del coste que esto pueda tener para los unos futuros resultados en las elecciones de X país. En este sentido, parece ser que los gobiernos de Irlanda, Portugal y Grecia tienen los días contados. ¿Alguien quiere apostar qué ocurrirá con España?